miércoles, 22 de abril de 2009

El pórtico de la gloria

Es un pórtico de un estilo románico diseñado por el maestro Mateo y sus colaboradores por encargo del rey de Galicia y León, Fernando II.

Su taller terminó las naves de la Catedral teniendo para ello que construir una novedosa cripta para salvar el desnivel entre las naves y el terreno de alrededor.

El Pórtico actual no es exactamente el resultado de la obra del Maestro Mateo, ya que algunas de sus figuras originales fueron retiradas al construirse la actual fachada de la Catedral, quedando conservadas en el Museo Catedralicio. Por lo demás, el Pórtico originalmente estaba policromado, pero hoy solo quedan restos de la pintura en algunos puntos.

Leyenda

Cuenta la leyenda que el arzobispo fue a visitar las obras cuando estaban próximas a terminar. Cuando el Maestro Mateo le estaba explicando el significado de las diferentes figuras, el arzobispo le preguntó por una que el maestro no había citado y que destacaba en el tímpano central.

Mateo reconoció que esa figura era él mismo, porque consideraba merecer la gloria después de la obra de arte que estaba haciendo con tanto éxito, pero el clérigo le recriminó duramente su falta de humildad.

Luego de un tiempo, Mateo llamó al arzobispo para que viese el Pórtico ya terminado, cuando este llegó, lo primero en lo que se fijó fue en que aquella figura había desaparecido del tímpano, pero ahora había otra nueva escultura en la parte de atrás, arrodillada y sin luz. Así se quería representar el maestro Mateo ahora, humilde y arrepentido por pretender retratarse junto a Dios.

Los pilares del pórtico

Los cuatro pilares del pórtico están sustentados sobre fuertes basamentos en los que se representan grupos de diversos animales: seis águilas, un oso, cuatro leones y dos animales indeterminados, así como tres cabezas humanas con barba. Hay quien quiere ver en estas figuras imágenes de demonios, y que simbolizan que el peso de la gloria (el pórtico en sí) aplasta al pecado.

Otras fuentes le dan una interpretación apocalíptica, con guerras, hambre y muerte (representadas por las bestias), situaciones que solo se pueden salvar gracias a la inteligencia humana.